10 julio 2006

LA (IN)JUSTICIA DEL FÚTBOL

Quien a estas alturas crea en la justicia del fútbol es un iluso o un ignorante. En una liga de ocho meses gana el mejor; en un torneo de cuatro semanas, no necesariamente. Dejando al margen la suerte -aquí no hay sólo una red que, como en la película "Match point", de Woody Allen, permite que tu bola pase o no, es decir, que decide tu destino, sino seis palos en dos porterías, 23 pares de piernas (contando las del árbitro) y un balón que, a veces, parece tener vida propia-, existe tal profusión de detalles y decisiones que es muy complicado aplicar el factor corrector de la justicia. El mejor jugador del Mundial y de la última década echó un borrón impresentable -no me cabe la menor duda que insultado gravemente por Materazzi, ese defensa con pinta de matón de Don Corleone- y frenó de golpe el arreón final de su equipo, que fue superior a Italia y, sin embargo, acabó probando de su propia medicina. Zidane no fue fiel a sus compañeros, pero sobre todo no lo fue a su prestigio. Su despedida será recordada por ese cabezazo al rival por culpa de un arrebato estúpido, lo cual nos lleva de nuevo a la injusticia del fútbol.
Italia atardeció ayer con su peor cara, la mezquina y ventajista, y ha amanecido hoy tetracampeona del mundo. Los más puristas podrán lamentarse hasta el infinito -"el triunfo de la nada", dice Segurola en El País-, pero después de un mes de ecuaciones se despejó la incógnita, y es inamovible. Así es el fútbol. Pienso con envidia en los italianos de mi quinta que ya han visto dos triunfos de su selección.
La historia continúa en Suráfrica 2010.

1 comentario:

Anónimo dijo...

En este momento no me queda más remedio que hablar de la relatividad del resultado. Yo iba con Francia, claro, con el inmenso Zidane. En este momento puedo decir que, a veces, el equipo perdedor (la quinta del Buitre que nunca ganó una Eurocopa, o la Holanda de Cruyff...) sobrepasa de lago al ganador. Claro que Francia no ha sido como la naranja mecánica o como la quinta del Buitre, pero sí ha sido infinitamente superior a la Italia gatussina. Zidane, incluso con su borrón, será historia, y el tal Meterazzi se perderá en la noche de los destripaterrones.