11 septiembre 2006

SILENCIO Y MEMORIA

Cinco años del 11-S. En el torrente de periodismo-aniversario he encontrado un artículo de Antonio Muñoz Molina en The New York Times. No habla de Bin Laden ni de Bush, que compiten en malicia por sus acciones-reacciones según el pensamiento más aceptado. El escritor reconoce su "melancolía" al comparar el 11-S y el 11-M; alaba el respeto absoluto que la sociedad norteamericana siente por sus víctimas, una memoria que se mantiene ajena a la manipulación política, no como en España. Mientras en Estados Unidos se suceden los homenajes, los libros, las películas... aquí le damos portadas a un delincuente como Suárez Trashorras para seguir alimentando teorías conspirativas, o Pepiño Blanco aprovecha la fecha de hoy para señalar que en EE.UU. la oposición no se ha dedicado a "cuestionar la autoría de la masacre, como ha hecho el PP en España tras el 11-M".
Sigue en pie lo que escribió Muñoz Molina en ABC un año después de los atentados de Madrid:
"Del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York sigo recordando como si fuera hoy el modo tan lento en que la conciencia verdadera de lo que había pasado se fue imponiendo a la incredulidad, a la incapacidad de la imaginación humana para concebir un desastre de una escala tan grande, una vileza en la destrucción que superaba la furia impersonal de las catástrofes naturales. En el recuerdo del 11 de marzo en Madrid hay, mezclada con el dolor, como un mineral innoble, una parte de vergüenza, y también la niebla de una confusión política que aún no se ha disipado, después de un año, y que sobre todo es una injuria a las víctimas. Da vergüenza pensar que ni siquiera un atentado de aquella magnitud despertó la solidaridad unánime y verdadera de las fuerzas políticas y de la sociedad civil: que cada cual tenía su culpable favorito y nadie o casi nadie dejaba a un lado el sectarismo por respeto al dolor, o por la necesidad, todavía urgente y no satisfecha, al cabo de un año, de saber exactamente qué había pasado, cómo fue posible que no se viera llegar el peligro, que no saltaran mucho antes las alarmas".

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