18 agosto 2006

LAS CARTAS BOCA ARRIBA

Primero vino el recado de Otegi: “¿Qué hay de lo hablado, de Navarra, los presos, la legalización de Batasuna?” De lo hablado en reuniones clandestinas entre el PSOE y los amigos de los pistoleros mientras era asesinado el socialista Joseba Pagaza, entre otros, y Zapatero firmaba con el PP el Pacto Antiterrorista. Horas después, llegó el recado de ETA: “Si siguen los ataques de los gobiernos español y francés, responderemos”. El telonero precedió a la banda titular del concierto: chantaje blando y chantaje duro. Las cartas boca arriba. El proceso no marcha. Da la impresión, como dice el presidente del Foro de Ermua, Mikel Buesa, de que Zapatero ha generado en ETA unas expectativas que no ha podido satisfacer. Se pensaba el pacificador (a quien, por cierto, no parece que le hayan subido las pulsaciones de sesenta en su retiro lanzaroteño) que a estos individuos se los contentaba con buenas palabras, que los iba a anestesiar como a tantos otros. No sabía con quién se jugaba los cuartos. Estas serpientes no bailan al son de ninguna flauta, quieren su presa, porque éste no es un proceso de paz, sino de máximos: de lo hablado en secreto durante el último lustro.
El asunto es trágico. Una banda de asesinos chantajistas tiene cogido por los huevos al presidente de mi país que, aunque sea un idiota y un irresponsable, es un presidente democrático. Veremos cómo salimos de ésta.

4 comentarios:

Mike Muddy dijo...

Compruebo con satisfacción que mis visitantes clásicos regresan de vacaciones, Elliot. Me sentía un poco solo.
Pepiño sería el jefe de policía inepto, tan clásico en las pelis de catástrofes, que termina por fastidiar del todo la situación.

Anónimo dijo...

Y además con energías renovadas para dar caña al gobierno. Seguro que también habría algún papelito para el trío Acebes, Zaplana y Rajoy. Por cierto, para equilibrar un poco la balanza, permíteme reproducir un artículo del diario El País aparecido el 19 de agosto y firmado por Juan José Millás. No es una declaración personal de ideología pero sí me resulta muy ingenioso. Se titula Gente normal.

Zaplana, Acebes y Rajoy, de izquierda a derecha, se divierten en su escaño durante una sesión en la que se debatía el problema del terrorismo. Zapatero había solicitado a Rajoy que se sumara al proceso de paz, a lo que el líder del PP dijo que le repugnaba esa expresión, "proceso de paz", porque desfiguraba la realidad a favor de los terroristas y jugaba sucio con los deseos de los españoles. Zapatero le mostró un documento de la época en la que él era ministro de Interior o de Justicia o de Caza y Pesca (siempre fue ministro de algo) con el membrete de la Presidencia del Gobierno y en el que se utilizaban idénticos términos para referirse a la negociación con ETA.
Entonces Rajoy arguyó que le daba náuseas la idea de que un partido político legal se reuniera con Batasuna, a lo que el presidente del Gobierno respondió con la evidencia de que el PP lo había hecho en 1988. La situación, que empezaba a resultar grotesca, se volvió delirante cuando el registrador de la propiedad decidió acusar al PSOE de todo lo que había hecho él en su momento. Lo cierto es que como el PSOE no había acercado presos, ni había concedido terceros grados, ni había excarcelado a los asesinos, ni se había referido a ETA con el nombre de Movimiento Vasco de Liberación, ni había pedido discreción a los periodistas, ni había dicho que sabría ser generoso con los criminales, etcétera, a Rajoy le salían todo el rato los tiros por la culata, como al que escupe contra el cielo. Entonces cambió de estrategia y se indignó moralmente, como un auténtico registrador de la propiedad.
No nos ha sido posible averiguar la hora exacta en la que se obtuvo la instantánea, pero es evidente que corresponde a uno de esos momentos de indignación moral. La derecha se indigna mucho moralmente, es su carácter histórico. Todo el mundo recuerda, por ejemplo, la fotografía de Vicente Martínez Pujalte tronchándose de risa en la comisión del 11-M, mientras Zaplana decía una gracia. Este mismo mes hemos publicado la de Franco y Millán Astray cantando, moralmente indignados, el himno de la Legión, soy el novio de la muerte y todo eso. Tampoco es manca la de aquel diputado -Moragas, si no recuerdo mal- agrediendo, moralmente fuera de sí, a Rubalcaba en un pasillo del Congreso. Son fotos de familia, que demuestran una idiosincrasia, una forma de ser, una naturaleza cultural.
De modo que ahí tienen ustedes a los tres en su salsa moral, riéndole a Acebes una agudeza filosófica. Un ejemplo magnífico de la división del trabajo: Acebes pronuncia la agudeza, Zaplana la amplifica con su risotada metafísica y Rajoy hace caja. Casi puede escucharse el ruido de la registradora, clin, clonc. Y mientras hace caja, se pasa la lengua por los labios en un movimiento de placer característico del tendero mezquino al comprobar el brillo de la calderilla. Mira qué bien me ha ido hoy el día. Si la expresión "proceso de paz" me hubiera dado asco de verdad, podría retirarme hasta las próximas elecciones.
Días después, en un mitin celebrado en Barcelona, Rajoy afirmó muy serio: "Queremos ser un país normal de gente normal. Éste es un partido normal". Y entonces comprendimos, de súbito, por qué ese pánico tan difundido a lo normal.

Riddleman

Mike Muddy dijo...

Millás es uno de los tipos más sectarios que pululan por los medios de comunicación. Suelo mirar su sección "Pie de foto" más que nada para echarme unas risas, porque de puro sectario resulta patético. Es lo que se define como "intelectual orgánico", un estómago agradecido carente de autocrítica. En su particular bestiario no faltan los curas, los militares, los del PP... pero, como apunta Elliot, no aparece jamás un progre, y mira que hay fotos comentables. Este verano, sin ir más lejos, la imagen de Sonsoles Zapatero buceando en Lanzarote a la sombra de una patrullera que debía vigilar la llegada de cayucos. Si recurrimos a la memoria histórica reciente, podría hacerle un pie a las fotos de Barrionuevo, Vera y Roldán ingresando en el trullo por diversas tropelías.

Cuando a Umberto Eco le preguntaron qué haría ante un incendio, contestó: "Llamar a los bomberos". Con este apunte de humor quería minimizar el papel de los intelectuales ante las catástrofes. Creo que no hay que exagerar, y es conveniente preguntarse el porqué de ese incendio... Pero, claro, con personajes como Millás o Suso de Toro analizando la situación... más vale que los bomberos lleguen pronto.

Al Gobierno hay que darle caña, Riddleman. Si gobernara el PP, recibiría lo suyo en este blog, no te quepa duda.

Anónimo dijo...

Tengo mis dudas al respecto pero si tú lo dices ... Por suerte, las elecciones están relativamente próximas y el pueblo español que lee tanto el ABC como el Pais juzgará si el actual gobierno merece seguir gobernando. Si es así tanto mejor para ti porque tendrás el campo abonado para hacer críticas a Zapatero y sus secuaces (con la rentrée hasta insultos). Si no, espero que no te tengas que comer tus palabras ...

Riddleman